jueves, 16 de abril de 2015

Pedro Salinas

Pedro Salinas

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Poeta español nacido en Madrid en 1891. Miembro de la Generación del 27, en la que destacó como poeta del amor.

Salinas fue un intelectual y humanista que estudió las carreras de derecho, filosofía y letras. Fue profesor universitario en Sevilla, Murcia, Cambridge y Boston.

La obra del poeta está influenciada por Rubén Darío, Unamuno, de los poetas franceses Emile Verhaeren y Jules Lafargue y, sobre todo, por Juan Ramón Jiménez.

Podemos distinguir tres etapas en su producción. La primera, que abarca hasta 1932, es poesía pura. Las obras que escribió en esta etapa son: Presagios (1923), Seguro Azar (1929) y Fábula y Signo (1931).

En la segunda etapa (1933-1939), que trata el amor antirromántico (un amor sin sufrimiento), encontramos: La voz a ti debida (1933), Razón de amor, de carácter más pesimista (1936) y Largo lamento (1939). Estos se dirigían en secreto a una profesora estadounidense llamada Kate Whitmore.

Y, por último, la tercera etapa (tras la Guerra Civil española), son poemas que expresan la lucha entre la fe y la angustia. En este período encontramos: El Contemplado (1946), Todo más claro (1949) y Confianza (1955).

La Guerra Civil hizo que se exiliase a América, donde trabajó como profesor en la universidad de Wellesley y en la John Hopkins University. También enseñó en la universidad de Río Piedras en Puerto Rico.

Pedro Salinas falleció en 4 de diciembre de 1951 en Boston, pero fue enterrado en San Juan de Puerto Rico, como él deseaba.




LA VOZ A TI DEBIDA


Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».




EL CONTEMPLADO


De mirarte tanto y tanto,
de horizonte a la arena,
despacio,
del caracol al celaje,
brillo a brillo, pasmo a pasmo,
te he dado nombre; los ojos
te lo encontraron, mirándote.
Por las noches,
soñando que te miraba,
al abrigo de los párpados
maduró, sin yo saberlo,
este nombre tan redondo
que hoy me descendió a los labios.
Y lo dicen asombrados
de lo tarde que lo dicen.
¡Si era fatal el llamártelo!
¡Si antes de la voz, ya estaba
en el silencio tan claro!
¡Si tú has sido para mí,
desde el día
que mis ojos te estrenaron,
el contemplado, el constante
Contemplado!





       
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Fuentes utilizadas:

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/salinas_pedro.htm

http://hispanoteca.eu/Literatura%20espa%C3%B1ola/Generaci%C3%B3n%20del%2027/Pedro%20Salinas%20-%20Vida%20y%20obras.htm

 http://www.poesi.as/ps33004.htm
http://www.poemas-del-alma.com/pedro-salinas-el-contemplado.htm











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